En este momento en el cual debemos permanecer aislados en nuestras casas y recurrir al ambiente virtual para realizar la mayoría de nuestras actividades cotidianas, hemos sustituido las interacciones cara a cara por video llamadas o mensajes de texto y reducido las vidas de miles de infectados a números y estadísticas.
Debido a esto, el estrés causado por la incertidumbre de cómo será el mundo mañana se ha vuelto un factor predominante en nuestro día a día. Esto no varía para las personas que padecen del Trastorno Afectivo Bipolar. El tiempo a solas es vital, permitiendo una pausa para relajarnos, el auto-descubrimiento y la reinvención en nosotros mismos. Sin embargo, todo en exceso hace daño, pudiendo ocasionar que las personas se sientan presas dentro de sus propias cabezas, un lugar especialmente peligroso para los que padecemos de condiciones mentales.
Pues la cabeza tiende a hacernos trampas. Trampas como sucumbir a la ansiedad, el pesimismo, la melancolía y dejarnos atrapar por la depresión. O por la euforia intoxicante que nos promete la manía, la cual pudiera causar que de manera impulsiva rompiéramos el confinamiento, comprometiendo nuestra salud. Es entendible que sintamos la sofocante presión de otras personas en nuestros hombros, que elijamos quedarnos en cama a pasar tiempo con nuestros familiares. Pero no podemos permitir que tendencias auto-destructivas gobiernen nuestras vidas.
Entonces surge la pregunta, ¿cuánto tiempo a solas es beneficioso para la salud mental? Estamos en un momento crítico, en el cual debemos aprender a discernir cuando el aislamiento se vuelve dañino, y cuando se aproxima el momento en el cual debemos pedir ayuda a nuestros familiares y/o profesionales de salud mental.
Lucy Peña
Presidente-Fundación Dominicana de Trastorno Afectivo Bipolar (FUNDOTAB)